Ilusiones, Fantasías Y Relatos...: Amante Liberada...by J. R. Ward

La Hermandad de la Daga Negra IX, de J. R. Ward

DATOS DEL LIBRO:

Nº de páginas: 608 págs.

Encuadernación: Tapa blanda bolsillo

Editoral: PUNTO DE LECTURA

Lengua: CASTELLANO

ISBN: 9788466326957

Precio: 8.99€

SINOPSIS:

Una guerrera por naturaleza, un amor que la pondrá a prueba.

Payne, hermana gemela de Vishous, está cortada por los mismos oscuros y seductores patrones que su hermano: es una luchadora por naturaleza y una rebelde cuando se trata de ejercer el papel tradicional de la mujer.

Encarcelada por su madre, la Virgen Escribana, por fin se ha liberado, pero ha sido para enfrentarse a una devastadora lesión. El Doctor Manny Manello es reclutado por la Hermandad para curarla, ya que es el único que puede hacerlo. A pesar de que el médico nunca antes había creído en los seres que se mueven en la noche como los vampiros, acabará dejándose seducir por una poderosa mujer que dejará marcado tanto su cuerpo como su alma.

Finalmente los dos encuentran mucho más que una conexión erótica, haciendo colisionar los mundos humano y vampírico… Además, Payne deberá resolver un asunto de un par de siglos atrás que pondrá en grave peligro su amor y sus vidas.

MI OPINIÓN PERSONAL:

Bueno, por fin puedo escribir la reseña de este libro que hace ya unas semanas que leí. Nos encontramos ante el noveno libro de la Hermandad de la Daga Negra, y esta entrega prometía muchas sorpresas y cambios, dado que la protagonista principal es una vampiresa y el protagonista masculino un humano.

Cuando conocemos a Payne en la anterior entrega, supimos que nos encontrábamos ante una guerrera nata, una luchadora y una asesina sin piedad. La hija secreta de la Virgen Escribana y hermana gemela de Vishous (quien desconocía su existencia) ha despertado. Su madre la ha liberado del extraño sueño en el que llevaba siglos presa y vive enjaulada en el Santuario, rodeada de Elegidas, siendo una más, pero sin llegar a serlo. Al fin y al cabo, por sus venas corre la sangre de El Sanguinario, su cuerpo y su alma le piden guerra y sangre y, atrapada en el Otro Lado, no encontrará ni una cosa ni la otra. Así que, cuando aparece Wrath y comienzan a luchar, sus peleas diarias son lo único que la mantiene cuerda. Pero un día, una de las peleas sale mal y Payne cae con fuerza, rompiéndose la espalda. Negándose a ser curada por su propia madre, ya que prefiere la muerte a seguir viviendo en aquél lugar, Payne es llevada a la Tierra, a la mansión de la Hermandad, con la esperanza de que allí puedan arreglar lo que le ha pasado.

Pero cuando se hace evidente que no se recupera, que sus piernas no podrán volver a sostener su cuerpo y se empieza a marchitar, muriéndose poco a poco, Payne le pide ayuda a su hermano para abandonar este mundo. Angustiado, Vishous, quien acaba de conocer a su hermana, se niega a dejarla marchar tan pronto y, aconsejado por su shellan, la doctora Jane, deciden acudir a Manny Manello, el antiguo jefe y compañero de Jane y el mejor cirujano que existe en Caldwell.

Manny no es el mismo desde que perdió a su compañera Jane hará cosa de un año. Su muerte repentina y lo que la mujer significaba para él, le dejaron sumido en un estado insensible. Su vida se centra en el Hospital y en su yegua de carreras. Y, curiosamente, desde que Jane murió, el simple hecho de pensar en ella le produce unos terribles dolores de cabeza que le están haciendo perder el norte. Sin duda, ya no es el mismo. Así que, cuando una noche se le aparece Jane para pedirle ayuda, mil emociones distintas le embargan: pena, dolor, ira, frustración... Y necesita respuestas. Pero Jane no se las puede dar y eso le cabrea aún más. Sin embargo, cuando se le plantea el reto de operar a una paciente muy especial, Manny es capaz de dejar a un lado sus frustraciones y centrarse en su trabajo. Lo que no sabe es que su vida cambiará en el mismo momento en que sus ojos se posen sobre su paciente.

Arrastrados por una atracción difícil de comprender, Payne, una mujer inexperta en el tema de la atracción y el amor, y Manny, un hombre que ha estado con demasiadas mujeres y que siente que ésta es muy diferente a las demás, lo tendrán muy complicado para estar juntos. Manny pronto atisba sus diferencias, pero es capaz de trabajar como el cirujano que es y da todo lo que tiene para ayudar a esa increíble mujer a recuperar sus piernas. Sobre todo porque, si no lo hace, una sentencia de muerte caerá sobre su cabeza. Así es Vishous.

La situación entre Payne y Manny es muy compleja, complicada y delicada. Al fin y al cabo, ella es una vampiresa y él, un humano que no debería conocer su existencia ni nada relacionado con su raza. Pero pronto se verá que sólo Manny será el que pueda realmente salvarla.

"Estás sonriendo"
"¿Lo estoy?"
"Sí, y me encanta"
A la altura de la cadera, las manos del sanador penetraron por debajo del camisón y Payne lo sintió todo: desde el roce ligero del meñique, hasta la suavidad de la piel de la mano y el rastro ardiente que fue dejando mientras subía lentamente por el cuerpo. La hembra cerró los ojos y arqueó el cuerpo contra el macho, con plena conciencia de que estaba pidiendo algo, aunque sin saber todavía qué era lo que buscaba. Y aun sin saberlo, estaba segura de que se lo daría.
Sí, su sanador sabía exactamente qué era lo que ella necesitaba. La mano siguió subiendo por el costado y se detuvo debajo de los senos pesados y tiernos.

Por otro lado, aparecen un grupo de vampiros, llamados los Bastardos, y liderados por Xcor, un vampiro cruel y terrible, que viene con intenciones oscuras. Su objetivo: el Rey. Pero también le persigue el fantasma de la asesina de su padre, el Sanguinario, y tras siglos de búsqueda, la encontrará donde menos se lo espera.

La Sociedad Restrictiva está dispersa, pero no ceja en reclutar a nuevos miembros, y cada vez son más. Lo cual hace cada vez más insostenible el trabajo de la Hermandad. Y la llegada de los Bastardos tampoco será de ayuda.

Éste debería haber sido un libro centrado en sus dos protagonistas, con pinceladas de otros personajes, al estilo de los anteriores. Sin embargo, ha estado lejos de serlo. Sí, Payne y Manny tienen su protagonismo, tienen su historia, pero para mí, el verdadero protagonista de este libro ha sido Vishous. Lo que le faltó al libro de V y Jane, nos lo encontramos aquí. Tenemos una segunda oportunidad para conocer más a fondo a Vishous, entenderle y ver más de su relación con Jane que, por otro lado, se tambalea. Ambos tomarán decisiones que les podrán separar... a pesar de la fuerza del amor que les une.

Amante Liberada ha sido un compendio de muchas historias, piezas de un puzzle cada vez más grande, donde todos los personajes cobran su propio protagonismo y tienen su importancia. Dejamos de centrarnos sólo en una pareja para profundizar en las historias y caminos que llevan todos los personajes de esta saga y que conforman la trama de la misma. Cada acción, cada decisión, repercute en el mundo que nos presenta la autora, y la trama que llevamos tiempo dibujando se vuelve cada vez más compleja. Sí, he echado de menos mucha más historia entre Payne y Manny - se me han quedado algo cojos, la verdad - pero, por otro lado, el modo en que todo empieza a encajar, la manera en que presenciamos cómo el mundo de la Hermandad se vuelve cada vez más peligroso e inestable y no sólo a causa de los restrictores, hacen de éstos libros, una auténtica adicción.

J. R. Ward nos trae personajes nuevos, y un argumento cada vez más profundo y complejo. Su estilo es el de siempre: ágil, fluido, sin demasiadas florituras, pero rico. Con unos personajes diferentes, únicos y fuertes y un trasfondo tremendamente realista y humano. La autora ya ha demostrado por qué esta saga tiene el éxito que tiene, ya hace tiempo asentó su mundo y ahora, el crecimiento de su historia, de su mundo y sus personajes, se va acercando poco a poco a su momento culmen.

Tal vez no haya sido uno de mis libros preferidos de la Hermandad, pero sí que lo he visto como un libro muy necesario, un eslabón imprescindible dentro de la cadena de hechos que suceden en estos libros.

Payne bajó la vista y vio la sangre negra de los restrictores que había matado, y además una macha roja de su propia sangre.
"Estoy ilesa, me encuentro muy bien. Y te amo"
En ese punto, Manello la interrumpió con un beso solemne en la boca.
"Dilo otra vez, por favor"
"Te amo"
Al oír que él gruñía y la envolvía de nuevo entre sus brazos, Payne sintió que su corazón estallaba en una fiesta de calor y gratitud y dejó que la emoción la acerara más a él.

Mi puntuación: